jueves, 13 de diciembre de 2007

Para volver a leer en 10 años !!

Gente, muchos habrán recibido el mail del "Indio" Vázquez.

Me pareció mas que importante subirlo al Blog, no solo para que lo volvamos a leer sino que todo el mundo "literalmente" que por casualidad o buscando informacion de Rugby llegue a nuestro Blog, tenga la oportunidad de descubrir cual es el verdadero espíritu de nuestro Rugby infantil, tan excelentemente reflejado por Pablo Vázquez, que no solo revela su calidad expresiva y literaria en estos comentarios sino que refleja su cualidad de buen tipo.

De mi parte y creo que todos lo compartimos "Gracias Indio".

Eduardo "Tino" Speroni

Por favor vuelvan a leerlo, imprimanlo y leanselo a sus hijos dentro de 10 años. !!!

Estimados:

Se ha cerrado una temporada más de rugby infantil en el club y junto con el descanso llega el momento de hacer un balance y sacar conclusiones de lo vivido y aprendido durante este año.

El 2007 no fue un año más para el club San Martín ya que el rugby ascendió a primera división cumpliendo con el objetivo propuesto de cumplir 100 años jugando en la máxima categoría de la URBA.

Recordando lo que transmitió en su mensaje Mariano Battolla, capitán del plantel superior, "este ascenso fue logrado por un grupo que supo priorizar el interés común por sobre los intereses particulares, valiéndose de uno de los principios elementales de nuestro deporte, como lo es el trabajo duro y honesto, apuntalado en el equipo y la solidaridad para con nuestro compañero que lleva la misma camiseta".

Cuando se llega a este estado ideal se produce una sinergia tal que 1 + 1 es = a 3.
La base de este plantel fue la camaradería y el espíritu de equipo.

Un porcentaje muy alto de los jugadores que integraron el plantel superior del club provino de una camada que fue exitosa a lo largo de su recorrido por todas las divisiones infantiles y juveniles y que significó un crecimiento a nivel cualitativo y espiritual que sumado al de los ya excelentes jugadores con los que se contaba confluyeron en el ascenso a primera.

Estos logros no hubiesen sido posibles si desde que estos jugadores tuvieron por primera vez una pelota en sus manos, no se les hubiese brindado desde el club una formación orientada a generar hombres de rugby, que de eso se trata.

¿A qué viene esto a cuento?
A que como les comentaba el otro día cuando se entregaron los regalos, encuentro en el pre-rugby señales que me dicen que estamos gestando otra generación dorada.

Germán Filippini, con una gran lucidez, les transmitió en la última reunión de padres el secreto: en las divisiones infantiles de San Martín se forman buenas personas y hombres de rugby. No apuntamos a fabricar Pumas ni exageramos con las destrezas deportivas o la competencia a rajatabla. El éxito del plantel superior es un ejemplo claro de que las victorias las consiguen los que tienen ese plus que hace que un equipo se sienta invencible. El resto llega con el tiempo y los buenos entrenadores que los irán puliendo técnicamente. De nada sirve saber hacer un rever-pass si no se corre al rival que acaba de escaparse del tackle de nuestro compañero.

Nuestros chicos viven en ese clima y por eso se hacen fuertes. Son los primeros esbozos de lo que va a ser en el futuro un GRAN EQUIPO. Si a este factor espiritual le sumamos la calidad innata que traen algunos de los jugadores, y las ganas de aprender que todos demuestran, no hay lugar a dudas de que el futuro es promisorio.

Se dice que no se puede llegar con los pies a un lugar donde no se haya estado antes con la mente. Yo me permito adelantarme en el tiempo y veo a estos chicos de prerugby jugando en la gloriosa cancha 1 del club, peleando campeonatos en la máxima categoría del rugby. El material está, y el espíritu también.

Pero el inicio de este sueño no puede ser posible si al frente de estos nenes no hubiese estado un equipo de personas que tuvo la capacidad suficiente como para moldear este grupo y este sentimiento por el club. El proyecto encabezado por Germán Filippini, y ejecutado por Maxi Dorf en Escuelita, y Mariano Amoroso, Mauro Taldo y Nicolás Rubín en M8/M9 fue excelente. Los chicos se hicieron realmente amigos y muchos de ellos ya sienten al club como su lugar de pertenencia.

Si nos detenemos en lo realizado por Maxi en la Escuelita hay que sacarse el sombrero. Comenzamos el año con menos de doce chicos y lo terminamos con más de 40. Si se toma en cuenta que los más grandes del equipo tienen solamente 6 años, tendríamos que pedirle a Maxi la fórmula para entender cómo hizo para organizarlos, amalgamarlos y enseñarles a jugar al rugby. En la mayor parte de las ocasiones el grupo de padres pudo comprobar que sin necesidad de profundizar en los aspectos técnicos cuando el equipo es fuerte se está un escalón por arriba del adversario ocasional. Y si no, recomiendo recordar los partidos con San Cirano y CUBA.

En cuanto a la M8 y M9, los resultados los conocemos todos.
Los chicos fueron superados por sus rivales ocasionales solamente un par de veces en todo el año, y supieron sobreponerse a las adversidades, como en aquel partido en Belgrano Athletic, el día de la niebla, en el que los rivales eran de mayor tamaño y nuestros chicos tacklearon y se apoyaron entre ellos para terminar dando un espectáculo que recibió el aplauso de todos los padres locales que no paraban de admirar el juego de San Martín (y nos felicitaban a nosotros como si hubiesemos tenido algo que ver, ja!).

Aunque si de espectáculos se trata, todos los que tuvimos la suerte de presenciarlo recordaremos por mucho tiempo la actuación de nuestros enanitos ante el SIC. Cuatro partidos, más de doce tries de diferencia en cada uno de ellos.

Estos resultados se dan porque los chicos son amigos y se divierten jugando. El resto es solamente una consecuencia de lo anterior.
Pero a la calidad de los chicos y el nivel de los entrenadores le hace falta otra pata muy importante. Las mamás, papás, abuelos, hermanos y demás acompañantes que cada sábado estuvo al costado de la cancha alentando.

En mi rol de papá coordinador de pre-rugby tengo que agradecerles la buena voluntad que pusieron todos para que las cosas salieran bien. Terminamos el año con 99 jugadores anotados (me faltó poder convencer al papá de un compañero de colegio de mi hijo y llegábamos a la centena) Todo un record en pre-rugby.
A pesar de lo numeroso del plantel no tuve ningún conflicto con ningún papá. Si consideramos que una de las tareas era la administración del fondo de terceros tiempos y la cobranza, la no existencia de inconvenientes es una señal muy positiva de compromiso y alineamiento de cada uno de ustedes con este proyecto.
Cada uno de los padres ofreció colaboración siempre que fue requerida y como consecuencia de esa actitud los terceros tiempos en el club siempre fueron ejemplares. Por otro lado, este año hubo dos acontecimientos complementarios de la actividad regular que fueron exitosos a pesar de lo complejo de su organización.

La visita de Biguá, en donde se brindó una atención superlativa a los visitantes del club marplatense y el campamento y gira de padres e hijos en Concepción del Uruguay, donde movilizamos más de 40 jugadores de M9 y un total de 100 personas.

Tal como comentó Germán en la reunión, es la primera vez en la historia del club (¡¡¡100 años!!!) que los padres organizan un campamento junto a sus hijos y mueven 100 personas a más de 300 kilómetros de Buenos Aires para representar a Pacific en un encuentro infantil.
Esto se hizo porque todos pusimos el hombro. Este grupo de padres colaboradores también es unido y será importante a lo largo de toda la trayectoria de los chicos.
En el futuro habrá que organizar giras, haremos fiestas para recaudar fondos y un día nos sentaremos en la Tribuna McCormick a ver a estos pibes jugar en primera y, me atrevo a decir, saliendo campeones de la URBA.

No quiero dejar pasar mas tiempo sin mencionar a “El Semillero de Pacific”, este blog se tranformó un espacio común en donde pudimos compartir las experiencias de cada fin de semana y funcionó como elemento integrador entre toda la comunidad de padres. Felicito a Eduardo Speroni por esta idea tan brillante.

Un suceso importantísimo que ocurrió este año fue la gran actuación de Los Pumas en el mundial. Esto provocó una exposición mediática sin precedentes y como resultado de este proceso, muchas familias no ligadas al rugby se acercaron a este deporte, y eligieron a San Martín para hacerlo.

Como socio, jugador y padre de jugadores del club San Martín, me sentí orgulloso cuando recibí de muchas de esas nuevas familias mensajes de agradecimiento por la forma en la que el club los había recibido, por el entorno, la cultura y la filosofía con la que se encontraban y por la opción a adoptar este estilo de vida que habían encontrado en Pacific. Y una satisfacción adicional fue ver que muchos de esos padres fueron los primeros en colaborar cuando hizo falta. Incluso vino un abuelo con un disco de arado a cocinarle a los chicos para un tercer tiempo!!

Quizás este último párrafo sea el más importante de todos y va más allá de un ascenso o un futuro campeonato o grandes victorias. El rugby en general, y en el club San Martín en particular, es una escuela de vida, y el hecho de haber incorporado a más miembros a nuestra familia y haberle abierto la ventana a otra realidad a mucha gente que por la lejanía desconocía que este entorno existía supera cualquier éxito deportivo, por mayúsculo que sea, pero al mismo tiempo es condición sine qua non para que este suceda.

También quiero agradecer a la subcomisión de rugby, a algunos de cuyos miembros copio, por tener en cuenta, respetar el espacio que el rugby infantil tiene en el club y considerarlo la base de la pirámide que termina en un plantel superior competitivo, y muy especialmente a Marcelo Delucchi que con su buena predisposicion nos sacó las papas del fuego alguna que otra vez.

El año que viene nos espera con muchos objetivos, desafíos y particularidades.
La primera división va a jugar en primera, con la dificultad que esto implica. Va a ser un camino durísimo y lleno de adversidades, y ahí estaremos todos para apoyar al equipo que si algo va a ofrecer es compromiso y entrega para dejar bien plantada la tricolor.

Vamos a cumplir cien años. Es un hito trascendental en la historia del club. Hace un siglo, un grupo de entusiastas que ya no están físicamente entre nosotros unió sus esfuerzos y fundó el Pacific Railway Atheltic Club.
Hoy pisamos la misma cancha y defendemos los mismos colores que aquellos pioneros. Fue un camino muy largo y lleno de contratiempos, pero Pacific/San Martín lo superó.

Nuestro trabajo, compromiso y obligación es tomar la posta de aquellos soñadores que imaginaron que era posible y le dieron para adelante para asegurar que el espíritu del club sigue vivo y va a seguir por cien años más hasta que otros tomen la posta.

Aprovecho esta oportunidad para comentarles que fue un placer haber interactuado con todos ustedes y haber visto a sus hijos jugar al lado de los míos con la gloriosa tricolor.

Les deseo felices fiestas, buen comienzo del año y unas lindas vacaciones.

Demás está decirles que los esperamos a todos en el primer sábado posterior al comienzo de las clases para comenzar un nuevo año de rugby infantil. Y en lo posible vengan acompañados de amigos nuevos para sumarlos al equipo!!!

Cordialmente

Pablo “Indio” Vázquez

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